Hoy quiero contarles una anécdota que me ocurrió ayer. Y fue algo así:
Me topé con el líder provincial de una de
los dos sindicatos de clase en un supermercado cualquiera. Me van a permitir la reserva de sus nombres, tanto el del dirigente como de la institución, pues
en nada contribuye a la dudosa calidad del post, ya que las causas del mismo se pueden
trasladar, con reservas -en cuanto al acervo ideológico-, a partidos políticos
marginales mediáticamente.
Mi pregunta obvia: Con
más prensa que leo, no te encuentro. ¿Estás aún al frente? Su respuesta, mi
sorpresa:
quiero convocar rueda de prensa para denunciar a los medios la nula cobertura de mi sindicato.
quiero convocar rueda de prensa para denunciar a los medios la nula cobertura de mi sindicato.
¿No es, acaso, una contradicción en sí misma este hecho?
Imagínense. Traed a los medios y recriminarles que no vienen. ¿Ha perdido el
juicio este buen hombre? Es como quejarse al camarero que no le sirve cerveza con una en las manos. Afirmo que, aun a riesgo de errar el tiro: ¡NO!
Hay que recordar que, por una parte, los medios son
productores y distribuidores de la cultura; por la otra parte, éstos, casi
todos, tienen un propósito comercial (generar pelas para subsistir). Y es en
este delicado equilibrio de poder donde surgen aristas en la que todo el mundo
parece descontento. Ya en el siglo XXI, habiendo superado con creces la
sociedad de masas, podemos afirmar que la invención de la tv es el suceso más
importante de los últimos años. Ha venido a asentar las bases de la comunicación
política; ha venido a decir al político cómo tiene que hablar y qué tiene que
hablar si quiere cuota de pantalla y con ello garantías de supervivencia en
este escenario político. Les vendría a decir algo así: denme espectáculo y os doy cobertura. Maridaje perfecto que ha de
llevar al tratamiento de la información política a la banalización.
Aunque hay muchas hipótesis que vienen a contarnos la
repercusión que tiene esta mediatización política en el individuo, lo cierto es
que hay dos efectos señalables, a nivel sistémico y a nivel psicosocial, que
tienen y que más me seducen: espectacularización y lideralización.
-Espectacularización: fenómenos destacables como son “sound
bite” y “horse race”. El primero de los dos es la concepción de una expresión
acuñada de antemano para colocarlo directamente como titular de prensa. Es un
recurso que domina a la perfección Pablo Iglesias y cada vez más Albert Rivera. Pedro Sánchez también va a ello y a D. Mariano ni está ni se le espera. Haga memoria y verás con la frecuencia que descalifica Pablo a nuestro Ex
Presidente Felipe González con adjetivos que no voy a recordarle. El segundo se refiere puramente al tratamiento de
la noticia, presentada como competición o carrera de caballos. De esto se
desprende el interés de los sondeos de voto o el ranking de popularidad de
nuestra clase política, conjugada la clasificación como si del resultado de la
liga se tratara.
Sencillez
+ espectacularidad + competición= ventas de periódico
Obviamente, cada vez más suscita mucho interés la vida
privada de los políticos, así como todo tipo de casos de por sí ya
espectaculares como casos de corrupción, etc.
-Lideralización: ¿Recuerdas el nombre del vicepresidente de
los EEUU o el secretario de organización del PSOE? Los medios no demandan
bloques ni ideológicos ni nada. Quieren una figura telegénica que responda a la
lógica comercial de medios; esto es, figurines dotados de retórica. Con ello,
es más fácil vender periódico a un
espectador que con mayor frecuencia demanda información sintetizada (las
noticias políticas cada vez se parecen más a un tweet) y de fácil lectura.
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Ética periodística |
Volviendo al encuentro con el dirigente sindical y esta anécdota que me ha llevado a construir esta entrada de blog, yo, con mi
modesta opinión, creo que agentes sociales y demás partidos políticos sin
representación debían tener más oportunidades de difusión en medios de
comunicación. El periodismo, aún con sus crisis y telarañas, debe decantarse
con mayor determinación hacia el bien común y tratar de imponer un periodismo
menos alineado políticamente y con una ética más robusta.
Y dicho esto, ríase de este necio y tomen una cerveza a mi salud cuando vea al dirigente en cuestión en algún periódico local quejándose de esta dinámica en la que nada podrá hacer.
¿O podrá herir David a Goliat?
Fotografía: Daniel Estulin.
¿No interesas porque no apareces en los periódicos o no apareces en los periódicos porque no interesas? Es un círculo difícil de romper pero también es cierto que ahora hay muchos otros medios para llegar al destinatario (ciudadano, votante) y captar su atención pero requieren mucho trabajo, mucha constancia ante la falta inicial de resultados y la adaptación a un medio diferente. La aparición de los community managers de diversas organizaciones y empresas se relaciona directamente con la intención de crear, mantener y/o fortalecer las relaciones que estas entidades puedan tener con sus targets. Nuevamente la adaptación a un nuevo entorno es clave para el éxito en la comunicación porque de poco sirve seguir con las mecánicas de siempre si con eso solo conseguimos llegar a nosotros mismos, que somos los que estamos dispuestos a oir nuestro mensaje, con el que nosotros estamos de acuerdo y por el que nosotros nos aplaudimos por lo que decimos. Enfin, como en un mitin de toda la vida que fomenta un ecosistema cerrado y que poco a poco va agotándose colapsándose en sí mismo
ResponderEliminarEs cierto cuanto dices. Pero aún a día de hoy muchos autores cuestionan la eficacia de la ciberpolítica. También con la liberación de canales de tv a los partidos hegemónicos se les antoja más difícil el control del contenido de tv y radios, ya que estas cosas existen.
ResponderEliminarInternet y esta difusión 3.0 de la comunicación redibuja el escenario, pero, y así lo creo, los medios más potentes aún conservan la capacidad de framing o encuadre de la realidad. Los periodistas seleccionan hechos objetivos y construyen la noticia (noticiabilidad de la noticia). Es en esto donde viene el desplazamiento de las fuerzas menos atractivas para la tv.
Y el mitín es verdad q es más endogámico que otra cosa, aunque todavía conserva la capacidad de "vincular" entre símbolos y rituales en torno a unas ideas.