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Antonio Miguel Carmona y Pedro Sánchez. |
Fusible: Hilo o chapa metálica, fácil de fundirse, que se coloca en algunas partes de las instalaciones eléctricas, para que, cuando la corriente sea excesiva, la interrumpa fundiéndose.
Hemos pasado el ecuador de este año electoral y, aunque ha caído una tromba de agua en poco tiempo, aún resta la competición más importante y para la que los partidos llevan algún tiempo urdiendo estrategias: las elecciones nacionales. Podemos y C´s, aquellos partidos virtuales de antaño que prometían el oro y el moro a golpe de diagnósticos lastimeros, se han remangado las perneras para zambullirse en todo tipo de responsabilidades institucionales; bien directa o indirectamente. El lodo empieza a cobrarse las primeras víctimas. El camino está despejado; o, mejor dicho, medio despejado. Todavía quedan las elecciones al parlamento catalán, que el señor Mas ha convocado para el 27S tras un periodo de incertidumbre fingida. ¿Pleisbicitaria? Pues depende... y, como no podía ser menos, depende del pueblo catalán, le pese a quien le pese. Incluso esto es interpretado en clave nacional por los grandes partidos.
Esto lo sabe muy el PSOE que, sumado al reciente "batacazo" de Tsipras, la tibia recuperación de algunos índices macroecónomicos (¡Crecemos más que cualquier páis europeo!) y los fantasmas del ciudadano medio español espoleados por la prensa más rancia de la parrilla a tenor de la última encuesta del CIS, maniobra para recuperar la confianza del votante medio como partido de mayorías que siempre ha sido. Una fuerza política "responsable" en cuya chistera guarda las soluciones para los grandes males de España. Piénsese en la fórmula del federalismo como conjugación de las distintas identidades del territorio como ejemplo fehaciente de dudosa eficacia.
¿Qué han pensado los sabios de Ferraz para recuperar el trono de hierro? Pues fácil: ser la fuerza hegemónica de izquierdas de aquel Felipe González. ¿Fácil? Recuperar la estela de aquel partido socialista ochentero que nunca debió bajarse del poder. ¿FÁCIL?
Analizando el panorama actual nos encontramos: IU está pero no se le espera; otras fuerzas de este lado del espectro ni están ni se les esperan; UPyD apenas está y no se le espera; el invento de las candidaturas de unidad popular no parecen granjearse el afecto del populacho y no parece que vayan a estar... ¿Qué obstaculos quedan en esta orilla? El coletas.
Con semejante tablero y el PP movilizando el voto a golpe de centralismo y creación de empleo (y sí, esas lindes tomarán), habría que trazar un plan para distanciarse de Errejón y los suyos, postularse como dueño y señor de las políticas de corte social y no parecer que fomentan la desigualdad seducido por el IBEX 35. ¿Cómo? Pues ahí jugamos con las maniobras políticas y comunicativas, a veces turbias y otras todavía peor. Y si no que le pregunten al telegénico de Antonio Miguel Carmona, que de un plumazo la jefa del PSM -Sara Hernández- se lo ha quitado de la portavocía del ayuntamiento.
¿El motivo oficial? Bajo índice de voto. Y digo yo: ¿acaso no llama la atención que, tras ser un rostro televisivo cuyas dotes comunicativas son, cuanto menos, excelentes, se le desplace de esta tarea? ¿Es mejor destino que le envíen a ese cementerio de elefantes que tenemos por Senado? ¿Es acaso esta misma decisión un castigo o un premio? ¿Quieren esconderlo?
Con perdón por la expresión que ha de venir: ¡Y una mierda! Huele a chamusquina. No hace falta ser un genio para darse cuenta de esto. El mismo Antonio Miguel ha apuntado a Ferraz de esta decisión, y los medios han sospechado que Pedro Sánchez podría querer desembarazarse de aquel actor que rechazó la alcaldía envenenada de Aguirre para dársela, en un gesto cómplice, a Manuela Carmena (que alguna vinculación ha tenido con Podemos). El taladro del PP acusa a los socialdemócratas de estar dejándose llevar por el "radicalismo" de Pablo Iglesias. Y el PSOE ha reaccionado porque ahí estaba el quid de la cuestión: y lo ha hecho cesando a Antonio, con idea de borrar del imaginario popular todo deje que tenga que ver con los chicos y menos chicas del partido violeta. Trabajar para que el PSOE sea la única fuerza de izquierda. Una izquierda real, sensata... Antonio Miguel ha ejercido de suerte de fusible para no cortocircuitar el partido a nivel nacional para que el candidato socialista llegue a la Moncloa. Antonio Miguel apoyó a Carmena por orden de Ferraz, y ha sido Ferraz la que le ha censurado por apoyar a Carmena. ¿Lo entienden? Los fusibles de la política; cartas para descartar en una mano de poker.
Esto es un chusco, pero nadie dijo que la política fuera otra cosa.
Fotografía: agencia EFE. Publicada en Vox Pópuli.
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